MIGUEL I: EL ÚLTIMO REY DE RUMANÍA

 

Rumanía es un país ubicado al este de Europa, con algo menos de 20 millones de habitantes repartidos en 238.931 km2. Un país de religión cristiana ortodoxa con amplia población musulmana (llamada romani). Lo que pocos saben es que ese país fue una monarquía hasta 1947. Por ello, procedo a hablarles del último monarca rumano, Miguel I.

Miguel nació en el Castillo de Peles, Sinaia, un pueblo de las montañas rumanas, el 25 de octubre de 1921. Nació siendo hijo del futuro rey Carlos II y de la princesa Elena de Grecia, estando en el trono su abuelo Fernando I. A los cinco años, en 1926, su padre marcha al exilio por un escándalo extramatrimonial, y el rey Fernando designa como heredero a su nieto.

El 27 de julio de 1927, el rey Fernando muere. Con tan sólo 6 años, Miguel se convierte en rey, aunque con un consejo de regentes dirigidos por su tío Nicolás, el patriarca ortodoxo Miron Cristea y el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Gheorghe Buzdugan. Su primer reinado duró hasta 1930, un periodo en el que Rumanía experimentó un leve crecimiento económico y una enorme influencia cultural recibida de Francia.

El 8 de junio de 1930, en plena crisis económica derivada de la Gran Depresión, su padre regresa del exilio de manera repentina, autoproclamándose rey con ayuda de la Guardia de Hierro, un grupo paramilitar de carácter nacionalista. Con esto, Miguel volvió a ser nombrado heredero, recibiendo una educación más adecuada a sus futuras necesidades como monarca.

El reinado de Carlos II duró hasta 1940, y se caracterizó por una feroz represión contra los opositores (la mayoría de ellos eran liberales) y el inicio de una campaña de antisemitismo en todo el país. La situación social se agravó de manera progresiva, y la manifiesta incapacidad de Carlos se hizo patente cuando Hitler envió tropas de la Wehrmacht a invadir Rumanía, haciendo que el país se uniera al Eje.

El 6 de septiembre de 1940, Carlos abdica en su hijo Miguel, ahora con 19 años. Deja de nuevo el país, y Miguel le da el poder al general Ion Antonescu, que proclama el “Estado legionario”. La Guardia de Hierro se autodisuelve, considerando que su trabajo represivo ya está cumplido. El 22 de junio de 1941, Antonescu envía tropas de apoyo a Hitler en el Frente Oriental para combatir a la Unión Soviética.

En apenas un mes, Rumanía recupera las regiones de Besarabia y Bucovina, que habían sido tomadas por los soviéticos tiempo antes. La posición de Miguel es débil, siendo su poder muy limitado y más un títere en manos del Eje. En secreto, y a partir de las derrotas del Eje en 1943, comienza a planear la caída de Antonescu.

No es hasta agosto de 1944 que las sucesivas derrotas del ejército rumano ayudan a hacer crecer el descontento popular hacia el régimen de Antonescu. En cuestión de días, el rey Miguel decide tomar la delantera: destituye a todo el gobierno militar y se retira del Pacto Tripartito con Alemania firmado en 1940. También renuncia a las regiones de Besarabia y Bucovina (recuperadas por la URSS), pero a cambio se queda con Transilvania.

El 16 de julio de 1945, con la guerra ya finalizada, el general soviético Fiódor Tolbujin le entrega a Miguel la “Medalla de la Orden de la Victoria”, estando el país ocupado por el Ejército Rojo. La posición de Miguel se debilita, y más tras la elección de un gobierno afín a Moscú. Dicho gobierno está dirigido por Petru Groza. Tras haber estado en coalición con socialdemócratas y liberales, Groza ilegaliza a los demás partidos y establece un gobierno puramente comunista.

El 19 de marzo de 1946, los comunistas ganan las elecciones legislativas por aplastante mayoría en medio de acusaciones de fraude. Un año después, en 1947, se hace un referéndum para elegir “monarquía” o “república socialista”. Esta última opción gana con un 96% de los votos. Miguel se ve obligado a abdicar, le despojan de su ciudadanía rumana y se le arrebatan sus posesiones.

Tras un breve periodo de estancia en Londres, Miguel se traslada a Lausana, en Suiza. Estando en el exilio, se casa con Ana de Borbón-Parma, con quien tiene 5 hijas. En 1989, tras la caída del comunismo en su país, el ex-monarca intentó regresar, pero le obligaron a marcharse de inmediato.

Volvió por fin en 1992, durante la celebración de la Pascua. Al llegar, se estableció en un hotel céntrico de Bucarest, siendo recibido por una marea humana de 1 millón de personas. El gobierno poscomunista de Ion Iliescu, alarmado por la popularidad de Miguel, se negó a que volviese a recibir visitas.

No es hasta 1997 que puede regresar definitivamente a Rumanía. Su ciudadanía y sus propiedades le fueron retornadas, así como su reconocimiento posterior como antiguo jefe de Estado, rehabilitando así su imagen.

Su intensa labor, ajena a la política y vinculada a iniciativas de carácter social, le llevó a ejercer el patronazgo de diversas obras sociales, lo que contribuyó a engrandecer su prestigio en un país en el que los políticos no han gozado de gran respeto por parte del pueblo. En octubre de 2011, pronunció su primer discurso en el Parlamento rumano tras su regreso del exilio.

A pesar de todo, siguió viviendo en su residencia de Suiza. Murió allí, el 5 de diciembre de 2017, a los 96 años, siendo el ex-monarca más longevo del mundo en el momento de morir.

Comentarios

  1. David, gracias por ilustrarnos con este episodio de la historia, que reconozco que era totalmente desconocido para mi

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  2. Està molt bé aquesta crònica dels monarques destronats. De fet tots els monarques dels antics estats de l'Europa Oriental -Rumania, Bulgaria, Iugoslàvia, Albània...- se'n prodia fer una bona sèrie perquè n'hi ha cadascún que...

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    1. Doncs mira Albert, just estava preparant articles sobre Bulgaria, l'Albània d'Enver Hoxha i el Nepal monàrquic. Gràcies de totes maneres!

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