ANTE PAVELIC: EL CRIMINAL DE GUERRA USTACHA QUE MURIÓ EN ESPAÑA

 

Ante Pavelic nació el 14 de julio de 1889 en un pueblo del norte de la actual Bosnia-Herzegovina, en ese entonces Imperio Austrohúngaro. Su padre era capataz de los ferrocarriles estatales, obra en la cual el joven Pavelic inició su carrera antes de afiliarse al Partido Puro de los Derechos a los 18 años.

Tras graduarse en Derecho por la Universidad de Zagreb, Pavelic fue arrestado por las autoridades acusado de subversión contra el Estado, pues el partido al que estaba afiliado era marcadamente anti-serbio (país con el que el Imperio tenía buena relación).

En 1918, fue elegido secretario de organización de este partido. En 1922, fue electo concejal en el Ayuntamiento de Zagreb, y en 1927 fue escogido diputado en el Parlamento Nacional de Yugoslavia. Desde allí, pronunció discursos en contra de la unidad de Yugoslavia, y se sabe que inició conversaciones con miembros del grupo terrorista VMRO (el cual sería el responsable del asesinato del rey Alejandro I en 1934).

En ese contexto, ya entrada la década de 1930, el Partido Puro fue ilegalizado por orden del rey. Pavelic huyó, primero a Viena, y después a Italia. Allí fue recibido por el jefe de gobierno Benito Mussolini, quien contribuyó a financiar el nuevo movimiento subversivo que Pavelic dirigía: los Ustacha.

A diferencia de lo que fueron los fascistas en Italia, y los nazis en Alemania, los Ustacha nunca fueron un movimiento de masas. Se caracterizaban por sus tácticas de guerrilla, sus uniformes negros, su exacerbada defensa del nacionalismo croata, y también por un discurso contrario a los judíos y a los cristianos.

En este tiempo, Pavelic acrecentó sus contactos en el extranjero: apoyó movimientos nacionalistas subversivos en Albania, Macedonia y Hungría. En Croacia apoyó a la oposición del Partido Campesino Croata, aunque luego rompió relaciones con este partido debido a que los Ustacha los rechazaban por ser conservadores.

Estableció campamentos de entrenamiento en Brescia (Italia) para preparar a los militantes del movimiento subversivo. Todo ello, con la mirada puesta en el soberano yugoslavo Alejandro. El 9 de octubre de 1934, Vlado Chernozemski, un terrorista búlgaro cercano a Pavelic, mató al monarca y al ministro de Exteriores de Francia en Marsella.

Este doble asesinato causó un conflicto diplomático entre Italia y Francia, debido a que Mussolini escondía a los terroristas en su propio suelo, aunque Mussolini decidió encarcelar a Pavelic para hacer ver ante la Sociedad de Naciones que se cumplía la ley.

 

Pavelic permaneció bajo arresto domiciliario en Turín hasta 1936, mientras los Ustacha se mantenían inactivos, viviendo en el norte de Italia con un generoso subsidio otorgado por el Estado. No es hasta finales de 1939, ya con la Segunda Guerra Mundial iniciada, que los Ustacha reinician actividades fuera de Italia, mientras Pavelic se acerca a la Alemania de Hitler.

El 6 de abril de 1941, los Ustacha y la Wehrmacht invaden Yugoslavia. El gobierno croata se rinde de inmediato, pasando a ser un estado títere en manos de los nazis y los Ustacha. Pavelic es elegido el líder nacional del país, bajo el nombre de Estado Independiente de Croacia.

La escasa oposición que tuvo el régimen de Pavelic fueron los partisanos croatas, dirigidos por Tito, y las guerrillas serbias chetniks. Fueron la única amenaza seria que tuvieron los Ustacha, incluso habiendo caído el Frente Oriental en manos de los soviéticos tras la Batalla de Stalingrado.

Son conocidas las relaciones existentes entre el régimen de Pavelic y la Iglesia católica. Dichas relaciones se fueron deteriorando de forma progresiva conforme iba pasando la guerra, a causa de las noticias que la Santa Sede tenía de la represión religiosa de los Ustacha. El arzobispo de Zagreb, Aloysius Stepinac, llegó a ser condenado por los comunistas acusado de colaborar con el régimen, pero fue rehabilitado muchas décadas después.

Durante el mandato de Pavelic, los Ustacha asesinaron a más de 2.000.000 personas, la mitad de las cuales eran cristianas. El resto eran judíos, gitanos y comunistas. Era un régimen del terror bajo el cual se violaron derechos humanos, y se saquearon por igual iglesias y sinagogas. En Serbia se llegó a construir un campo de concentración, el de Jasenovac, exclusivamente para cristianos.

Para que se hagan una idea de esta barbarie, los crímenes que cometieron los Ustacha llegaron a sorprender a diversos oficiales nazis que se encontraban en el país, debido a la eficacia y bestialidad con la que los cometían. Hermann Neubacher, el comisario de los nazis en Croacia (ejecutado en 1944 por la Operación Valkyria), lo definió como “algo comparable al infierno de Dante”. En todo este tiempo, sólo se respetaron los derechos de una comunidad residente en Croacia: los musulmanes.

Todos estos crímenes, por desgracia, quedaron impunes tras la guerra. La mayor parte de los dirigentes Ustacha murieron y Pavelic huyó del continente, refugiándose en Argentina, bajo el conocimiento del gobierno de Juan Domingo Perón. Permaneció allí hasta abril de 1957, cuando sufrió dos atentados fallidos contra su vida en un lapso de dos semanas. Si bien se desconoce la autoría de estos intentos, uno de ellos se le atribuye al Mossad israelí, y el otro a la inteligencia yugoslava del mariscal Tito.

Y en cualquier caso, su salud quedó mermada tras los dos intentos de asesinato. Decidió marchar de Argentina y terminó recalando en España, acogiéndose a la protección otorgada por el régimen franquista. Murió en Madrid el 28 de diciembre de 1959, y está enterrado en el Cementerio de San Isidro.

Comentarios

  1. ¡menudo personaje, este Pavelic! Y los Ustacha eran prácticamente terroristas, por lo que explicas

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  2. Pavorosa historia. Por otra parte, son evidentes los paralelismos con otros asesinos que camparon a sus anchas en Sudamérica y España tras el final de la II GM. Es una vergüenza, un oprobio que sus restos descansen en nuestro país, me pregunto una cosa, David, ¿en su lápida dice algo sobre quién fue o lo que hizo Pavelic?

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